El curadillo de Cudillero, mucho más que un pez.

Tradicional bodega de pescadores en Cudillero con "curadillo" secando.

Si nos remontamos al siglo pasado y mucho antes, encontramos en la villa marinera de Cudillero el origen de lo que hoy es un exclusivo y raro manjar, el “curadillo”.

 En su momento fue fruto de la necesidad. Cuando los arcones/congeladores aún no habían llegado a nuestras casas, porque ni siquiera la luz eléctrica había llegado, los sabios pescadores de Cudillero descubrieron un sistema de conservación de pequeños escualos (toucas, glayos, gatas, lijas, rayas…) que les permitiría no sólo disponer de alimento seguro durante todo el año sino también obtener de él otros beneficios.

 Con su piel se lijaban las lanchas, de sus hígados se extraía el aceite (el conocido “saín” que incluso poblaciones como Oviedo vendría a comprar a los pescadores de Cudillero para sus candiles públicos) que luego se utilizaría para la cocina, la iluminación o incluso con fines médicos.

 Al final, su exquisita carne era deshidratada al aire, colgando de voladizos y ventanas durante los meses que fuera necesario, luciendo cual escudo de armas en unos hogares humildes.

¡Pero que nadie se desanime! Algunos pescadores de Cudillero todavía lo siguen preparando y exhibiendo desde sus ventanas. Todo un espectáculo de tradición, cultura y gastronomía, único en Asturias.